Patti Smith-Banga

Banga es un muy satisfactorio regreso por parte de una figura legendaria dentro de la música vanguardista, la chica que quería ser Bob Dylan, la chica que se llegó a considerar la “última de las grandes cantantes negras”, la chica que se inspiró en los MC5 para crear uno de los discos más ruidosos de los 70s, el clásico Radio Ethiopia, si claro, hablamos de la “madre del punk”, Patti Smith.

En Amerigo, Smith suena como de ensueño, ese tono amable que en ocasiones Smith ha sabido forjar y transmitir a otros como los REM, como la madre tierra hablando a sus hijos, maternal a morir, desesperada, deprimida por el destino que América ha tomado, y aquí si debiéramos decir TODA América, no sólo la parte que los estadohundidenses creen que es América, la gran decepción de tierra prometida, de tierra de los libres es confrontada aquí, la gran babilonia se viene abajo, y nos adentra en el cuestionamiento sobre la tierra descubierta por Colón, pero nombrada en honor a Américo Vespucio, desde ahí el origen de la infamia, desde el principio de los tiempos.

April Fool es un tema que vibra con singular belleza, Smith rara vez ha sonado tan precisa, tan directa, tan concentrada en los últimos años, generosas dosis de piano eléctrico siguen la narración de Smith, guitarras que no se van a la yugular pero que brillan con un optimismo contenido, ejecutadas en esta ocasión por un gran amigo de la Smith, el celebre Tom Verlaine, un tema para mover los pies alegremente y seguir la voz de la experiencia, Smith no requiere gritar o desgreñarse para hacer que la tierra se abra a sus pies, posee suficiente experiencia y magia para demostrar que la gran discípula de Dylan, Ono y Reed puede arremeter con fuerza y hacer temblar la tierra y nuestras almas con sus palabras, en Fuji-san las guitarras comienzan a adquirir una mayor intensidad, el lado duro al rockear por parte de Smith comienza a hacer fuerte presencia, y si esta pieza hace mención del los tsunamis en tierra asiática, Smith y su grupo son lo suficientemente inteligentes y valientes para recrear la catástrofe a través de su música, anunciando discretamente que este disco lleva una secuencia destructiva muy en su interior.

Banga deja al descubierto el lado áspero de la Smith, escuchamos las guitarras poniéndose rudas y el acompañamiento de sus perros, ladrando en el fondo, las guitarras vibran salvajemente, con escasos pero mortíferos guiños a unos Sonic (ya no tan) Youth, Banga es dónde el lado punk de Smith emerge, dónde su voz acompañando el sonido de las guitarras se convierte en una divertida provocación y dónde el encanto de la Smith brilla a su máxima capacidad, 65 años y Smith aún posee la maravillosa capacidad de ponernos el cabello de punta.

Tarkovsky, (The Second Stop Is Jupiter) es una pieza de forma libre (con un título que obviamente indica una referencia al gran director de cine ruso Andrei Tarkovsky), dónde piano y bajo se alinean a un arreglo psicodélico por parte de la batería, las guitarras dibujan relámpagos luminosos, que descargan y electrizan la pieza, unas guitarras que van tejiendo una telaraña, sobre la cual el resto de los instrumentos liberan destellos, ecos, sobre los cuales las Smith libera una de sus atrevidas narraciones.

La intensidad del disco se compromete un poco al final, dónde piezas como Nine o Seneca marcan un abrupto freno al paso hasta ahí llevado, Nine parecería una de esas ragas hindú que Pandit Pran Nath enseñó a Terry Reiley (si, ese que inspiró a Pete Townshend a crear Baba O Riley) y a La Monte Young (si ese que enseñó el minimalismo a Lou Reed y a John Cale), aunque poco a poco se va trasformando en algo más, en Seneca la Smith apenas y hace acompañar de una guitarra, una sección de cuerdas y muy discreta percusión, Smith, la “última de las grandes brujas” diría yo, se hace presente y lanza uno de sus conjuros sobre la perdida humanidad, una de las grandes féminas de la música cierra con una nota muy oscura este disco, un gran retorno, una muestra de la gran forma que la Smith posee, que si alguna vez Mick Jagger se atrevió a menospreciar la música de Smith, nos permite preguntarnos y dónde esta Jagger en estas épocas, creativamente hablando? Si claro, muchos hablarán de This Is The Girl, que Smith dedicara a la desparecida Amy Winehouse, como alguna vez Smith dedicará un tema a Krud Bobain, absolviendo de alguna manera la estupidez de falsos iconos, que no fueron más que ovejas sacrificadas en honor del rock, pero la sabiduría sigue latiente en el trabajo de Smith, After The Gold Rush es una pieza original de Neil Young, un tema tan hermoso como oscuro que la Smith recrea aquí con bastante talento, retomando un poco el espíritu de aquel disco de covers que sacó hace algún tiempo, confirmándose en el papel ya mencionado de madre tierra, presagiando el fin del mundo, muy, muy cercano.


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