KTL-V

Antes que nada iremos que KTL se creó para “musicalizar” piezas teatrales y performances de otros artistas, un proyecto que ha funcionado brillantemente combinando dos genios de la música vanguardista moderna,  el señor Peter Rehberg, cabeza de Editions Mego y creador de joyas de música electrónica extrema  a través de su alter ego Pita, se une en este disco a Stephen O Malley, parte fundamental de los densos y minimalistas Sunn O))), con quienes ha creado discos oscuros y minimalistas de pura tensión electrónica inmersa en el extremo mundo del drone.

Ahora bien, esta es la quinta colaboración entre ambos, un disco complejo y que demanda bastante del escucha, en ocasiones proyectando un lado ambient que no nos dejará del todo tranquilo y podría inducir pesadillas a más de uno.

V inicia con Phill 1, un ejercicio de estática pura, donde a la escucha distraída, nada parece suceder, pero cuando uno presta atención al detall fino, van surgiendo agradables sorpresas, por un lado la guitarra sublime de O Malley, que nunca se revela como tal, que pareciera ocultarse en el fondo, pero que emite suficientes reverberaciones para ir saturando la atmósfera y por otro lado, los tratamientos electrónicos de Rehberg que se suman al nivel disonante de esta música, hardcore ambient, que resulta tan avasallante como etérea, en ocasiones el sonido penetrante se hace presente y pareciera atravesar la densa capa de ruido que estos dos han liberado, en ocasiones aparecieran darnos pistas de cómo salir de este laberinto, retan nuestra lógica y después nuevamente nos sumergen en la oscuridad, en dónde en fondo, muy en el fondo, sabemos que un monstruo acecha.

Study A es distinta, el drone es liberado a su máxima expresión y aquí ni O Malley ni Rehberg parecieran buscar crear el mismo grado de tensión que la pieza anterior, aquí el sonido fluye de una manera más natural y pareciera que ambos creadores permanecieran más como espectadores de la transformación que va sufriendo el sonido, que participantes activos en el desenvolvimiento de este, el cual poco a poco va avanzando hasta un clímax lleno de disonancias, un acantilado hacia dónde Rehberg y O Malley parecieran fascinarse de llevarnos y en dónde finalmente nos muestran el arte de la levitación.

En Tony, profundísimas descargas de bajo parecieran asomarse y luchar contra la estática creada por la guitarra de O Malley, estos dos amigos encuentran una manera de re crear un extraño y abrasivo ballet dónde los sonidos danzan frente a nosotros, se mueven de manera paralela uno frente a otro y finalmente realizan movimientos uno alrededor de otro, definitivamente este V nos deja sorprendidos con la capacidad compositiva que ambos creadores aplican a sus obras, como a través de movimientos mínimos van dotando a la pieza de una detallada ejecución motriz, que va despertando frente a nosotros, Rehberg paciente deambula las partes bajas, proporcionando un fondo y una base, mientras o Malley patrulla la superficie, manteniendo el zumbido de manera permanente, vibrante e incansable.

Phill 2 pareciera una pieza más robusta, más penetrante, dónde este dueto pareciera liberar graves líneas de sonido, como mastodontes avanzando por la lejanía, las cosas aquí se ponen pesadas, pero a la vez conceden un grado de belleza descriptiva que las piezas anteriores poseen, esto debido a que ambos músicos son reunidos aquí con un ensamble de cuerdas a cargo de Johan Johansson, que añaden un potente toque sinfónico a la nebulosa maraña de sonidos que producen Rehnerg y O Malley y es aquí dónde la parte más brillante del disco sale a flote, O Malley veterano de estos menesteres con sus Sunn O))) pareciera desde hace tiempo buscar dar el brinco hacia una composición más moderna alejada de clichés y en plena declaración de libertad, si con los Sunn O))) rompió con cualquier atadura hacia los géneros black metal, o el heavy metal más tradicional invocando el espíritu del jazz cósmico de los 70s, aquí junto a Rehberg, pareciera embarcarse en los intrincados caminos de la composición moderna, y salir muy bien librado, Last Spring: A Prequel, sorprenderá con la inclusión de una narradora en francés, un Rehberg descargando potentes golpes electrónicos en el trasfondo y O Malley liberando ese enjambre sónico que poco a poco se va manifestando.

Un disco bastante complejo, una bofetada para los que buscan algo más inmediato, pero que resulta ser la perfecta conjunción de los esfuerzos de O Malley y Rehberg por trascender cualquier genero, algo que muy probablemente se convertirá en el capítulo más brillante de este proyecto en conjunto de dos grandes creadores contemporáneos.


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